Los bocadillos, además de ser variados, tienen como finalidad didáctica acostumbrar al niño a comer variedad de “rellenos”
La bollería y los dulces ocupan demasiado espacio y atención en la alimentación cotidiana de los más pequeños. Un buen hábito es comenzar por recuperar las preparaciones caseras de almuerzos y meriendas que tenían al bocadillo como protagonista. Pueden ser bocadillos dulces o salados, pero sin perder la perspectiva de la variedad y de la educación del gusto y del paladar de los más pequeños, a quienes les cuesta aceptar los cambios en la forma de comer, los sabores y las texturas nuevas.
Un pan rico y con fundamento nutritivo es aquel que se prepara con la harina de trigo integral, e incluso, es mejor aún si se elabora con levadura madre o si contiene una mezcla de harinas de distintos cereales y semillas. Estos son los tipos de panes que debería haber en casa y los que deberían comer los niños en las distintas comidas caseras. Un pan de buena calidad tiene más aguante, de modo que puede servir para comerlo en el desayuno o para preparar el bocadillo del almuerzo.
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